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Channel: Mil sitios tan bonitos como Cádiz » islas griegas
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Cruceros a nuestra manera

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La salida al amanecer de la isla de Koufonisia.

La salida al amanecer de la isla de Koufonisia.

Lo primero que desaconsejamos cuando alguien nos pregunta por la forma de viajar a Grecia es que lo hagan en un crucero. No suelen hacernos caso. Bueno, es la libertad, pero un crucero por las islas griegas suele incluir muchísimas horas en el barco y muy pocas para conocer apresuradamente la isla. Hemos visto riadas de cruceristas recorriendo aprisa calles de Mikonos, cuestas de Santorini, murallas de Rodas, mientras a su lado o a su espalda el sol les gritaba quédate.

La escala en Schinousa.

La escala en Schinousa.

Por contra, y aunque parezca una contradicción, adoramos los barcos, amamos los trayectos entre islas, disfrutamos con los embarques y desembarques, con las llegadas a los puertos, las decenas de amarres y desamarres que hemos vivido en multitud de islas, los madrugones y las llegadas en plena noche a embarcaderos de todos los tamaños, nos integramos en el ajetreo, nos reímos con las viejas que se cuelan en las colas con habilidad increíble y que son capaces de coger el mejor sitio para hacer el viaje a pierna suelta. Las islas griegas se comunican todas, pero no siempre es fácil ni frecuente el enlace, las rutas pueden parecer ilógicas, y fuera de temporada pueden desaparecer. Pero son siempre emocionantes los trayectos, sean calmados o agitados. La mayor emoción suele proporcionarla el hecho de confeccionártelo tú mismo. Así nos movemos entre islas, creando nuestro propio crucero según el ánimo, el tiempo y las ganas.

Otra escala en Iraklia.

Otra escala en Iraklia.

Han sido muchos los viajes que hemos hecho así a las islas griegas. Y fue también así el pasado año, de Milos a Creta, de Paros a Koufonisia, de Koufonisia a Paros, de Paros a Mikonos, con la compañía Blue Star, nuestra estrella azul. Viendo salir el sol, haciendo escalas en las pequeñas Schinousa e Iraklia, en la fértil Naxos, recibiendo y despidiendo gente, como los hijos de la mar.

Embarque multitudinario masivo en Milos.

Embarque multitudinario nocturno en Milos.

 

El viaje empezó demasiado temprano, tal vez.

El viaje empezó demasiado temprano, tal vez.

No tenemos nada contra los cruceros, como no tenemos nada contra los viajes en grupo. Las posibilidades deben ser muchas para que cada uno elija la que más le gusta. Pero a nosotros dadnos la libertad de encontrar y perder, de intentar y fallar, de enmendar y mejorar que tiene el llegar a una oficina naviera, mirar los horarios y calcular tiempos y mareas, imaginar desayunos cuando abran los bares de a bordo, buscar el mejor lado para contemplar el perfil de aquella isla a lo lejos, y, sobre todo, la libertad de decidir que ese día no vamos a coger ningún barco porque vamos a esperar la noche en aquella mesa de aquella taberna, frente al muelle de Paros para ver cómo se acercan y se alejan las luces de los apresurados, grandes navíos con horario. Y mañana ya veremos.

Solo un vistazo a la bella Naxos.

Solo un vistazo a la bella Naxos.

Colas para embarcar en Naxos.

Colas para embarcar en Naxos.

 


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